Aprendemos cómo cocer setas paso a paso. Un comestible sabroso y nutritivo, mas a la vez un tanto ignoto en lo que se refiere a ciertos aspectos de su preparación. Con estos fáciles consejos podréis gozar al límite de estas exquisiteces que llenan los platos de sabores, texturas y aromas singulares. Cómo siempre en la mejor web de cocer alimentos paso a paso.

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Elaboración: ¿Cómo cocer setas?

Primero hay que saber distinguir las clases de setas y, ya antes de cualquier género de preparación, debemos limpiarlas bien. Normalmente, no es conveniente mojarlas en demasía, ya que pierden sus aromas y absorben mucha agua que soltarán a lo largo de la cocción estropeando el plato.
En su sitio, usaremos un cuchillo para recortar la base del leño y raspar la tierra adherida. Asimismo un cepillo para suprimir los restos de tierra y un harapo húmedo para finiquitar. Si, pese a ello, nos es indispensable utilizar el chorro de agua, procuraremos secarlas lo antes posible.
Se pueden cocinar salteadas, a la brasa, en guisos, risottos. Hay otras recetas de cocción lenta, gratinadas al horno, en tempura o aun crudas, acompañadas de vinagretas.

Si bien ciertas preparaciones, como el salteado, sirven para todas y cada una de las setas, lo mejor para seleccionar de qué manera cocinarlas es conocer las propiedades de cada una. Ciertas tienen pigmentos que tiñen el resto de ingredientes del plato, otras pierden mucha agua al cocinarse, otras apenas ven cambiada su estructura y otras desprenden su aroma y su esplendor al ser cocinadas poco a poco.

Los champiñones, por servirnos de un ejemplo, son buenísimos salteados enteros y a fuego fuerte, para eludir que pierdan demasiada agua.
Los níscalos sacan lo mejor de sí cuando los preparamos a la brasa o a la parrilla.
La amanita caesarea es genial cruda, si bien esta seta tiene tantas virtudes que resulta genial en prácticamente cualquier forma.
Las trompetas tienen un sabor intenso e interesante mas precisan ser cocinadas bien. Acostumbramos a hallarlas en arroces y guisos, si bien por lo simples que son de desecar, son ideales asimismo para hacer harina de setas.
El pie de cabra, por su mayor contenido en quitina, aguanta las cocciones largas sin perder su consistencia.
Los rebozuelos son un ingrediente genial para revueltos o para una restallante tempura.